jueves, 26 de enero de 2012

Frases célebres Alfaro

∴ La hora más oscura es la más próxima a la aurora.
∴ La libertad no se implora de rodillas, se conquista en los campos de batalla.
∴ Nada soy, nada valgo, nada pretendo, nada quiero para mi: todo para vosotros que sois el pueblo que se ha hecho digno de ser libre.
∴ Solamente a balazos dejarán nuestros opresores el poder que retienen únicamente por la violencia. Pensar de otro modo equivale a dar tregua a tenebrosas intrigas. Sin sacrificios no hay redención. La libertad no se la implora como un favor; se la conquista, como un atributo inmanente al bienestar de la comunidad. Afrontemos, pues, resueltamente los peligros, y luchemos por nuestros derechos y libertades, hasta organizar una honrada administración del pueblo y para el pueblo.
∴ Entre el patriotismo y el fanatismo hay la misma diferencia que existe entre la luz que vivifica y el rayo que extermina.
∴ Cuando desaparece la práctica de la justicia, se viene al suelo el edificio social que llamamos Nación.
∴ Los hombres indiferentes a la desventura de la Nación son auxiliares inconscientes de las desgracias de los pueblos. Su indiferencia los vuelve aliados de los tiranos.
∴ Una buena causa defendida por los inmorales, termina degenerándose en calamidad pública y llega a producir más daños que sus peores enemigos.
∴ Quien desee agradar a todos, termina siendo despreciable a los ojos de sus propios favorecidos.

Mensaje a la Asamblea del 2 de junio de 1897
No hay nada tan doloroso como la condición de la mujer de nuestra Patria, donde, relegada a los oficios domésticos, es limitadísima la esfera de su actitud intelectual, y más estrecha aún, el círculo donde pueda ganarse el sustento independiente y honradamente [...] ¿Por qué no franquearle a la mujer las puertas de las universidades, a fin de que se dediquen a estudios de profesiones científicas?...
Y no se diga, siguiendo el pensamiento egoísta de muchos, que todas esas reformas en la educación de la mujer alejan del hogar su poesía y su tranquilidad. Todo lo contrario: la mujer instruida, la mujer que posee artes e industrias, la mujer que trabaja y adquiere la experiencia que da el contacto más inmediato con la vida real, lejos de perjudicar en la vida doméstica, es un gran auxiliar para la familia y una prenda valiosa para el esposo, porque, retemplada su alma en el realismo, sus ideas acerca de la fidelidad y del honor –su mejor patrimonio llegan a ser más claras y más perfectas, y más sólida por consiguiente, la educación moral que reciben los hijos de tales mujeres…
Eloy Alfaro
Encargado del Despacho de Fomento. Ricardo Valdivieso.

Eloy Alfaro

José Eloy Alfaro Delgado
Montecristi, Ecuador (25/6/1842 — 28/1/1912)   
Militar y político. Líder de la revolución liberal. Presidente de la República. Declarado como el mejor ecuatoriano.
Logia “Rosa de América” N° 36, Panamá.


Eloy no recibió su educación en aulas escolares, su sabiduría la fue adquiriendo a través de sus experiencias y de la amistad con importantes figuras americanas en viajes por el extranjero. Amante de su patria, no descansó hasta verla con un gobierno digno. Con 22 años apoyó  a Urvina  en un intento armado por obtener la presidencia y ante el fracaso, se exilió en Panamá, dedicándose a los negocios con gran éxito.
En 1875 regresó a Guayaquil a apoyar a Antonio Barrero, quien llegó a ganar ampliamente las elecciones. Al poco tiempo se sintió traicionado y pasó a la oposición, volviéndole a pasar lo mismo con Veintemilla en 1878, por lo cual se fue nuevamente al exilio a Panamá. Dolido de la realidad de su país, emprendió acciones militares infructuosas entre 1880 y 1887 en búsqueda del poder.
En 1895 los ecuatorianos se sublevaron en contra del presidente Luis Cordero; el intento de lucrar con la bandera colmó a los pobladores. Alfaro regresó a un país convulsionado donde radicales habían tomado las armas. En Guayaquil fue nombrado Jefe Supremo y luego de fuertes combates llegó a Quito desde donde consolidó su gobierno, terminando su periodo en 1901.
El mandato de Alfaro ha sido el más trascendente de la historia del Ecuador, autorizó el estudio a las mujeres, les permitió el ingreso a trabajos públicos, eliminó el tributo de los indios a la iglesia, impulso la educación, construyó el ferrocarril que une la sierra con la costa y redujo considerablemente la influencia de la religión católica en la educación y leyes permitiendo la libertad de cultos.
Se retiró de la política hasta 1905 cuando empujado por fuerzas radicales se tomó el gobierno, desconociendo a Lizardo García que había sido electo. Fue ratificado en la presidencia por el Convención Nacional hasta 1911, cuando dejó su puesto a Emilio Estrada, con quien tuvo diferencias profundas, exiliándose en Panamá.
Meses después ante el fallecimiento del presidente asumió el cargo Carlos Freile Zaldumbide que no fue aceptado por los radicales que vuelven a llamar a Alfaro para que asuma el poder. Múltiples batallas dan el triunfo al gobierno, Alfaro fue detenido y asesinado bárbaramente en Quito.