“HABERMAS Y LA TEORÍA CRÍTICA DE LA SOCIEDAD,
Legado y Diferencias en Teoría de la Comunicación”
Fernández, Sergio Pablo. Cinta de Moebio.
Facultad de Ciencias Sociales. Universidad de Chile Nº1. Sep. 1997.
Resumen realizado por: Marcela Pérez Pazmiño
Álvaro Sáenz Andrade
El artículo trata con buena profundidad cómo Habermas asume el tema del conocimiento (epistemología) en una discusión entre teoría y práctica; y el valor de una comunicación liberadora que contrarresta la comunicación dominante generada desde los medios de comunicación.
“¿Es verdad que vivimos engañados? ¿Que la filosofía ya no es la 'guardiana de la razón' y que los filósofos han perdido contacto con la realidad y viven 'autoabsortos' en la reflexión de pseudoproblemas? O bien, como cree Habermas ¿son los neoconservadores los que "intensifican y extienden el humor de los tiempos a través de los medios de comunicación?"[1]
“Estamos en el marco de la búsqueda de procesos de liberación dentro de una sociedad capitalista dominante y el papel de la comunicación en estos procesos… La preocupación fundamental de Habermas está en si es posible desde el pensamiento científico plantear una ruptura del sistema social dominante, cuando el sistema se impone sobre la ciencia.”
Jürgen Habermas el más joven discípulo de los pensadores de la Escuela de Frankfurt, intenta superar el pesimismo de sus antecesores proponiendo su propia versión de la crítica a la sociedad, mediante su concepto de acción comunicativa y su ética del discurso. Habermas sostiene una teoría de la verdad centrada en el respeto a la racionalidad del interlocutor, en un proceso ideal en el que todos los actores poseen el mismo poder.
El propósito del artículo es: examinar los conceptos más problemáticos de Habermas frente a sus críticos y tomar postura frente a la denuncia de que las teorías de la comunicación tienen “pobreza teórica y escasa penetración epistemólogica”
“En su ensayo ´Teorías de la Verdad´ Habermas parte de una idea de cómo se puede verificar la verdad de una afirmación, y él defiende una tesis que el criterio de verdad de una afirmación, es decir, la verificación de una afirmación, es el consenso de todos, tanto en lo teórico como en lo práctico.”
El artículo propone entonces, tres temas: la exposición de Habermas sobre su intento de fundamentar la ciencia social en el concepto de “acción comunicativa”; la crítica de Tugendhat al concepto habermasiano de acción y ética del discurso, la crítica de Rorty a la concepción de ciencia, modernidad y cultura de Habermas; y una reflexión sobre las diferencias de Habermas con la Escuela de Frankfurt sobre los medios de comunicación de masas y su influencia en los receptores.
Al exponer uno de los conceptos más relevantes de su pensamiento, “el concepto de acción comunicativa”, Habermas intenta una fundamentación metodológica de las Ciencias Sociales en una Teoría del Lenguaje. Allí, el lenguaje está al servicio de la coordinación social, salvando barreras culturales y creencias individuales. Esto supone un entendimiento entre los participantes de la interacción lingüística sobre algo en el mundo, e implica que la racionalidad comunicativa es una actitud racional específica que los individuos adoptan hacia otros y hacia si mismos como una actitud de reconocimiento mutuo.
Según Fernández, los conceptos problemáticos de Habermas son:
- La acción comunicativa
- La universalidad y racionalidad de la estructura del lenguaje
- El consenso como fundamento de la verdad
- La 'dictadura' de los medios de comunicación
- El lenguaje visto como acción e interpretación
- La división moderna de la cultura en tres esferas de valor
“Habermas apela a la estructura dialógica del lenguaje como fundamento del conocimiento y de la acción… Como resultado extrae el concepto de acción comunicativa donde la racionalidad está dada por la capacidad de entendimiento entre 'sujetos capaces de lenguaje y acción' mediante actos de habla cuyo trasfondo es un 'mundo de la vida' de creencias e intereses no explícitos y acríticamente aceptados por las comunidades de comunicación.”
Habermas especifica cuatro tipos de acción que intervienen en la teoría social: a) acción teleológica, que denomina “acción orientada al éxito”; b) acción regulada por normas, c) acción dramatúrgica y d) acción comunicativa. A estas tres últimas las llama “acciones orientadas al éxito” y las divide en acciones instrumentales (no sociales) y estratégicas (sociales). Las acciones comunicativas, en cambio, son orientadas al consenso, donde dos sujetos entablan una relación interpersonal. Habermas considera que la estructura teleológica es fundamental para todos los conceptos de acción y presupone la racionalidad de la acción. En definitiva hay acciones orientadas al éxito y otras orientadas al entendimiento.
Se proponen estos temas para entender la acción comunicativa de Habermas:
- Sistema de dominación
- Espacio de emancipación
- Acción comunicativa (poner en común)
- Hablante. “Los actos de habla cumplen la condición de darnos a conocer la intención del agente.”
- Oyente
- Acuerdo
El consenso es el resultado esperado de la acción comunicativa. Habermas propone algunas condiciones para que se pueda dar el consenso:
“Este tipo de consenso es un consenso que se lleva a cabo bajo condiciones especiales, que son las condiciones de "la situación del habla ideal"... Hay ciertas condiciones que hay que observar, por ejemplo, no nos debemos contradecir, debemos usar las palabras de una misma manera, debemos hablar sin intención de engañar, etc. Estas son condiciones simples donde nadie puede tener problemas, pero después vienen dos condiciones muy fuertes: primero, todos deben poder expresarse de igual forma, 'todos los que toman parte en un discurso, en una argumentación comunicativa, deben poder expresar sus deseos'. Y segundo,... 'todos deben tener también, fuera de la argumentación, un poder igual, es decir nadie puede estar subordinado a nadie'.”
Las acciones comunicativas deben ejecutar otras acciones como: emitir sonidos (locuciones) que tienen sentido, que pertenecen a un lenguaje que la otra persona entiende y sirven para entenderse con otro. Por otra parte, los actos de habla son medios de comunicación, que se conciben para entenderse y tienen un rasgo reflexivo consistente en explicarse a si mismos; además, las acciones comunicativas se orientan a fines ilocucionarios[2] que no se realizan en el mundo objetivo, sino por cooperación y asentimiento del oyente.
El filósofo checo-alemán Ernst Tugendhat es especialmente crítico de esta posición que el mismo Habermas considera “la situación ideal del habla”. Esta situación ideal presupone que los intereses de todos deben pesar igual, es decir, que todos deben tener los derechos y deberes iguales. Para Tugendhat se hace imposible que se pueda deducir algo sustancial de algo formal. Básicamente es una crítica a la propuesta de acción de Habermas, porque, según él, no se da este tipo de acción en la realidad.
“Habermas tiene un concepto de razón en que la razón consiste en argumentación. Y la argumentación es más estrictamente un discurso, es siempre una argumentación discursiva. Eso significa que Habermas cree que una persona prácticamente no puede usar el lenguaje en forma racional si no es en un proceso de argumentación, y si lo hace es como una derivación, de lo que él cree que es la argumentación en su sentido primario, y eso sería la argumentación discursiva entre diferentes personas.”
Por otra parte, el filósofo estadounidense Richard Rorty basa sus críticas en lo que Habermasllama “el final de la filosofía”. Según Habermas, la filosofía del sujeto satisface una necesidad real del pensamiento occidental: salvaguardar la verdad apropiándose de la división kantiana de cultura entre ciencia, moral y arte. Rorty considera que concebir esta diferenciación lleva a eternos debates reduccionistas o antirreduccionistas. Habermas considera que el final de la filosofía se origina en el abandono de las tres esferas de interés de Kant, mientras que Rorty suscribe que este abandono es una digresión sin importancia, pues “la sociedad se autoafirma como un todo sin preocuparse de autofundamentarse”.
La conclusión del artículo se centra en responder a la pregunta de si la “masa” sucumbe al poder de la propaganda y la publicidad. Habermas establece que los medios de comunicación no son un “valor de cambio” y no sustituyen a la comunicación interpersonal orientada al entendimiento. Lamenta, sin embargo, el que los flujos de comunicación sean unidireccionales y no reversibles. Habermas se aleja de la Escuela de Frankfurt escapando de la visión unilateral y esterotipada de los medios de comunicación, haciendo decisivo el rol de la acción comunicativa como defensa de la libertad y la racionalidad.
Fernández concluye que:
“Según nuestro juicio, entonces, Habermas escaparía a la visión unilateral y estereotipada de los medios de comunicación que impulsaron sus maestros. Toma en cuenta las investigaciones empíricas acerca del fenómeno y relativiza los efectos de los medios en sus receptores, haciendo decisivo el rol de la acción comunicativa como 'defensa' de la libertad y la racionalidad de los sujetos capaces de lenguaje y acción.”
[1] Esta y todas las citas corresponden al artículo tratado en el presente resumen.
[2]JurgenHabermas, Teoría de la acción comunicativa, p.373. Austin distingue tres actos: actos locucionarios que son los contenidos de las oraciones enunciativas , actos ilocucionarios fijan el modo en que se emplea una oración, afirmación, promesa, mandato; y actos perlocucionarios con los que el hablante buscar causar un efecto sobre su oyente.
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